Amigos, con profunda tristeza os debo comunicar que nuestro amigo Juanjo Garra ha fallecido en el descenso hacia el campo 3 del Dhaulagiri. A última hora de la noche, después de un tremendo esfuerzo, llegaron a ese campo Ferrán Latorre y Alex Txikon, habiendo realizado una escalada contra el reloj para salvar la vida de Juanjo. Allí se han encontrado con los cuatro sherpas (los tres que estaban de rescate y kheshap, el que ha permanecido junto a Juanjo estos días). También estaban Jorge Egocheaga y Nigma, un sherpa de la zona del Makalu. Han sido ellos los que les han contado la triste noticia que ahora os comunico.
La resistencia del organismo de Juanjo, que ha estado luchando hasta el final, se ha quebrado ayer por la tarde. Llevaba ya cuatro días por encima de 7.200 metros y había pasado tres noches al raso cerca de los 8.000 metros, sin saco, tienda, botellas de oxígeno ni hidratación suficiente. A resultas de esta situación, Juanjo ha fallecido cuando ya se encontraba con los dos primeros sherpas y había recibido atención médica y oxígeno.
Mis compañeros se encontraban desolados cuando me lo han comunicado, pues llevan varios días sometidos a una tensión enorme y después de haber puesto en marcha un despliegue como no se ha visto hasta ahora en medios técnicos y humanos en un rescate en el Himalaya, que ha permitido, (y es la última aportación de nuestro querido amigo Juanjo Garra a la montaña) rescatar a 8 alpinistas por encima de 7200 metros en el Dhaulagiri, siendo la segunda vez en la historia que se logra hacer un rescate a esta altitud y nunca con esta cantidad de personas involucradas. Inmediatamente hemos comunicado la noticia a la familia. Por una cuestión ética no he puesto en marcha esta triste y desgraciada noticia hasta que la familia no lo ha hecho público.
Esta es la nota de la familia de Juanjo, que os comparto:
A pesar de los esfuerzos de muchísima gente; a pesar de la fuerza que habéis hecho todos y, sobre todo, a pesar de la resistencia heroica que ha puesto Juanjo Garra, acompañado hasta el último aliento por Kheshap Sherpa, la montaña ha decidido quedarse para siempre con la compañía de quien tanto la quería.
La familia y los amigos queremos expresar de manera muy especial su agradecimiento a todos los que, de una forma u otra, han participado en la operación de rescate más espectacular que se ha visto jamás en el Himalaya. No menos de ocho personas han salvado la vida gracias al operativo montado especialmente para rescatar a Juanjo. Ésta es una victoria más que debemos apuntar en su balance.
También queremos agradecer las innumerables muestras de apoyo y afecto que hemos recibido desde que la mala suerte provocó que, una simple rotura de tobillo, derivara en el fatal desenlace.
Juanjo regresaba el jueves de hacer cima en el Dhaulagiri, su novena conquista ante una montaña superior a los 8.000 metros. El resbalón de un sherpa le hizo caer a poco de iniciar el descenso. La caída le impedía caminar y le ha retenido demasiado tiempo en una altura que él dominaba como pocos, pero de la que deseaba regresar para compartir con todos nosotros la experiencia y repartir aquellas sonrisas que nunca faltaban en su rostro… que nunca faltaran a la hora de imaginar sus quimeras personales.
De momento es todo lo que desgraciadamente puedo comunicaros. En el Dhaulagiri seguimos teniendo a la gente involucrada descendiendo de la montaña y por tanto sigo pendiente de que todo acabe bien. Estoy pendiente de la salud del sherpa Kheshap. Y de nuestros amigos que se encuentran destrozados a pesar de haber hecho un esfuerzo descomunal en el que, literalmente, se han dejado el alma por ayudar a un amigo de tantas expediciones. Os quiero transmitir nuestra frustración y nuestra profunda tristeza. No creo que se les pueda reprochar nada y me gustaría, desde aquí, hacer un homenaje a todos los que han participado en esta lucha contra el reloj por salvar una vida retenida cerca de la cima del Dhaulagiri: a Enrique y Javier en el campo base, a los tres sherpas anónimos, a los que nunca ponemos nombres muy a mi pesar, a Kheshap que estuvo compartiendo dolor y esperanza con Juanjo hasta el final, a Nigma, el del Makalu, a Mauricio y Simone por haber hecho siempre más de lo que debían y se jugaron la vida en maniobras arriesgadas… A Jorge Egocheaga, que siempre se ofrece con generosidad y una fortaleza por encima de lo normal y a mis amigos Alex Txikon y Ferrán Latorre a los que no me costó convencer ni quince segundos de que se volvieran a subir a una aventura tan difícil y arriesgada, poniendo en riesgo su vida, nuevamente «al filo de lo imposible». Todos ellos son la verdadera esencia del alpinismo en el que siempre hemos creído, y compartimos con nuestro amigo Juanjo Garra.
Y a todos vosotros, que empujasteis, nos disteis fuerzas y ánimos, que yo he estado transmitiendo a la familia y a mis amigos. No ha sido inútil lo que hemos hecho. Es la más bella lección de amistad y solidaridad que hemos vivido. A todos: salud y amistad.
Pd: me voy a estar con la familia de Juanjo, perdonad que hoy esté buena parte del día desconectado.
Admirado Sebastián,
unirme al dolor máximo que sufre la familia de Juanjo y todos aquellos que lo disfrutasteis y conocisteis, a todos aquellos que amamos este deporte y este estilo de vida que por imposible que parezca es el más eterno que creo que existe.
Una vez más, he seguido con especial interés y la mayor de las esperanzas la evolución del rescate hasta llegar al trágico final (…porque todos los finales, son el mismo repetido). Leyéndote y oyéndote ayer de madrugada en la radio me dolía el interior al intentar pensar lo que debe ser fallecer de esfuerzo rozando el cielo.
Indudablemente, también pensaba en aquellos que pusieron absolutamente todo de su parte en aquel lugar y que no pensaron en sus vidas para salvar la de otro amigo y compañero. … y eso si que es amistad y compañerismo.
Gracias siempre por mostrarnos la mas real de las realidades, por hacernos sentir tan cerca y por dejarnos disfrutar leyéndote.
Mi Abrazo, Emilio.
Muchas gracias Emilio, siempre he defendido que esos valores son los que de verdad nos sirven para ir a la montaña pero también para transitar por la vida con dignidad.
Saludos