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¡Beetlejuice, Beetlejuice, Beetlejuice!
“No estamos asociados de ninguna manera con Tim Burton (pero le queremos), ni con Warner Bros. o ningún otro estudio de cine. Somos un bar y restaurante operados de manera independiente y llevado por súper fans de Tim Burton, las películas de terror, y todo tipo de cosas de Halloween”. Así se anuncian en Beetle House, el nuevo bar temático de Nueva York, consagrado al director de Eduardo Manostijeras, que estos “súper fans” acaban de abrir en el East Village. Y que son los mismos que estaban detrás del bar Stay Classy, dedicado a la elegancia y humor de Will Ferrell.
En Beetle House no hace falta decir tres veces Beetlejuice para entrar, pero sí es probable que te encuentres al comedor de cucarachas de traje a rayas para recibirte en la puerta. Por ahora, eso sí, al bar y restaurante sólo se puede entrar con reserva (así, imaginamos, se evitarán las enormes colas de espera). Una vez dentro, el local está decorado con ese gusto gótico y cómico que caracteriza el cine de Burton. Aunque los homenajes más divertidos llegan desde la carta de cócteles y comida. Entre los tragos, podrás beberte un Edward’s lemonade. Es decir, un old fashioned como le gustaba a Eduardo Manostijeras. O un Chocolate Factory Martini, que si pudieran beber alcohol, les encantaría a los visitantes de Charlie y la fábrica de chocolate. O un Big Fish Bowl, con pececitos de gominola flotando en tu pecera idílica (sí, te lo sirven en una pecera).
Hay referencias para seguidores de Burton más profesionales como el cóctel “We come in peace and leave in pieces”, frase de la película Mars Attacks! Como “It’s showtime”, también una línea mítica en Beetlejuice.
Pero es en el menú de comida, breve pero adecuado para un local de este tamaño, donde se han lucido con la dedicatoria: “Toda la carne se obtiene localmente de humanos inocentes 100% capturados en libertad en las calles de Nueva York”. O lo que es lo mismo, un guiño directo al barbero diabólico de Fleet Street que interpretó Johnny Depp en la adaptación de Burton del musical Sweeney Todd. La película es, en efecto, la protagonista de la carta porque la carne, no humana, sino de ternera orgánica, es el principal ingrediente. Desde elI love it meat pie a Edward Burger Hands (manos como hamburguesas, una imagen casi tan perturbadora como aquella versión porno que aquí no nombraremos). Y se puede completar con Chesire Mac (por Alicia en el País de las maravillas) oBlood (Sangre), dulces y tartas que cambiarán a diario.
Aunque original, el Beetle House es sólo el (pen)último bar temático de Nueva York, una ciudad muy fanática y mitómana. Por eso, Stay Classy, dedicado a Will Ferrell, sólo tendría sentido aquí. O un pub en el que mientras te tomas una copa, te pintan las uñas (mejor, no te dejes después de la segunda copa), como el Beauty Bar. Los hay muy auténticos, como el Trailer Park Lounge Grill, un viaje al patio trasero de una casa del americano hortera. Otros, están escondidos tras perfectas tapaderas, como Apothéke, el speakeasy que lleva el tema farmacéutico hasta el final. Y, el mejor, sin duda, es Boobie Trap, un antro decorado con tetas y muñecas setenteras. ¿Qué más quieres?