Recate en el Dhaulagiri

A las 15:15 horas de España, las 16:15 en Estambul y las 19:00 en Nepal esta es la situación:

Como preveíamos el helicóptero de nuestro amigo Simone Moro no ha podido realizar el rescate de Juanjo Garra, ni siquiera han podido tirarle el kit de emergencias que se había preparado con dos sacos, botellas de oxígeno y una tienda. Lo más que ha podido hacer es dejar a tres sherpas, con botellas de oxígeno a 6.200 metros de altitud. Es, más o menos, lo mismo que yo pensaba como hipótesis más optimista. Así que no nos ha pillado muy de sorpresa.

Para poner a los seguidores del blog en antecedentes antes de seguir con lo que está sucediendo en Nepal, anoche, a las cinco de la mañana recibí una llamada desde el Campo Base del Dhaulagiri porque se encontraban en un momento desesperado. Mi amigo Juanjo Garra había sufrido un accidente debajo de la cumbre del Dhaulagiri y había tenido que pasar la noche al raso con un sherpa y Lolo, el andaluz que formaba cordada con él. La situación, según me resumieron, era muy grave. Un sherpa se cayó y arrastró a Juanjo que se había lesionado en una pierna (no sabe exactamente si una fractura del tobillo o el talón o algo parecido) que le impide moverse. Ayer trataron de bajarlo pero en tres horas descendieron 50 m.

El Campo Base del Dhaulagiri en una imagen de una expedición previa
Después de hablar con Javier localicé a Alex Txikon y Ferrán Latorre en el Campo Base del Everest y les urgí a que se pusieran en marcha. Localizaron (casualidades de la vida) a Simone Moro y su helicóptero y le mandaron al Dhaula a intentar un rescate casi imposible. Esta temporada se ha sacado a una persona sin brazos del Collado Sur del Everest, a 8.000 m, y por debajo se sacó del Annapurna a Juanito y Pauner a 7.100 m. No hay, pues, mucho historial de recates tan elevados y Juanjo debe estar, por lo que nos dijeron, debajo de la cima del Dhaula, en torno a unos 8.000 m. La opción B que preparamos ayer de madrugada, es hacer un grupo de rescate con alpinistas y sherpas fuertes y que el helicóptero les deje lo más alto posible para intentar subir a por Juanjo. Pero a nadie se nos escapaba esto como una posibilidad con probabilidades muy escasas. Mientras tanto pasan las horas y el reloj corre en contra de nuestro amigo Juanjo Garra.

Hoy por la tarde, sabemos que Lolo (Manuel González) ya está en el Campo 3 a 7.200 m, a salvo y ha podido reponerse de una noche también muy dura, en la que su vida estuvo muy en peligro en un momento determinado porque se perdió de ruta. La noticia positiva es que Juanjo, presionado desde el Campo Base, y por Alex y Ferrán que han hablado con él, se ha puesto en marcha y ha logrado bajar bastantes metros (en el CB estiman que debe estar a unos 7.600 m, pero hay que entenderlo en plan muy genérico y como una estimación). Lamentablemente, va a tener que pasar otra noche al raso. Parece, aunque no es seguro, que el sherpa que se ha quedado con él anoche (y que fue el que sufrió la caída en la que arrastró a Juanjo) debe tener alguna congelación.

Ferrán Latorre en una expedición anteriorEl accidente se produjo cuando subían a la cumbre. Llegaban tarde porque no encontraban el corredor de subida y en ese momento, en el peor sitio, en el peor momento, fue cuando se cayó el sherpa y arrastró a Juanjo. No sabemos exactamente qué grado de lesión padece pero Juanjo ha contado que «tiene el talón roto». Lo que puede significar el calcáneo, el tobillo, el talón de Aquiles o algo similar. El caso es que ayer en tres horas apenas pudo descender 50 metros.

Veámoslo desde el lado positivo. Ha sido provincial que sus compañeros en el Campo Base me despertaran a las 5 de la madrugada (hora de Estambul) y que hayamos podido pillar a tiempo a Alex Txikon, porque si no la situación sería insostenible. Gracias a eso tenemos en el CB del Everest a: Alex Txikon, Ferrán Latorre, Jorge Egocheaga y al argentino Damián Benegas, listos para sumarse mañana al equipo de rescate. Milagroso también ha sido conseguir a Simone Moro y su helicóptero, que ha dejado todo por estar con sus amigos españoles. NUNCA SE LO AGRADECEREMOS BASTANTE, PASE LO QUE PASE. (Hace unos días le defendí a capa y espada por el intento de linchamiento en el Everest, mientras algún comunicado de las expediciones comerciales le culpaba a él de la situación en la que estuvieron a punto de matarle a él y a Ueli y Griffith).

 

De todas formas, en este primer vuelo ha conseguido dejar a gente por encima de seis mil metros listos para comenzar a subir esta noche. (Recordemos que todas estas maniobras son extremadamente peligrosas). Lo ideal sería que estos tres sherpas llegasen al C3 a 7.200 metros, donde se encuentra Manuel González. Mañana por la mañana (si el tiempo lo permite, Dios lo quiera, Incha Allah, que dicen mis amigos musulmanes) el helicóptero subirá al Campo Base del Everest para recoger a mis cuatro amigos y los llevará al Dhaulagiri. Desde su Campo Base, uno a uno, tratará de subirles lo más alto posible para sumarse a los tres sherpas y ver si mañana ¡¡¡crucemos los dedos!!! pudieran llegar donde está Juanjo. Es, por decirlo crudamente, su única oportunidad.

 

Ya no es nada deportivo ni alpinismo, estamos haciéndolo por nuestro amigo. O mejor dicho, es puro alpinismo, tal y como lo entendemos ese grupo de gente que compartió conmigo «Al Filo de lo Imposible», donde la solidaridad es un pilar esencial. Damos todo lo que tenemos, porque así DEBE de ser. No hay otra opción. Es una suerte que Jorge, Alex, Ferrán y Damián estén involucrados en el equipo de rescate porque es de lo mejor con lo que se puede contar hoy en día. Y están aclimatados, aunque los tres españoles lleven una paliza en el cuerpo muy grande, después de haber ascendido hace unos días a la cuarta montaña más alta del mundo. No tengo más que contaros por lo que ya hasta mañana no escribiré nada más.

Mi viaje a Estambul (¡¡y es la segunda vez que me pasa!!) ha quedado en segundo plano. Me da incluso cierto pudor estar de vacaciones y tener a tantos amigos en apuros. Ya saben ellos, Alex y Ferrán, (o Assumpta, la mujer de Juanjo) que con que me lo pidan, en menos de 24 horas estaría con ellos en Khatmandú. De momento no me lo han pedido. GRACIAS A TODOS LOS QUE MANDAIS ÁNIMOS. A TODOS SALUD Y AMISTAD.

 

Desde Estambul. Sebastián Álvaro

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