Roma, la eterna, es desordenada, caótica y desesperante. Un ‘coloso’ cuya belleza se exhibe ante elinconmensurable trasiegode decenas de miles de turistas. Una ciudad que sobrevive casi indemne al paso del tiempo. De los siglos. Con ese aura a medio camino entre lo humano (por su poderío arquitectónico) y lo divino (por su espiritualidad recalcitrante). No es una ciudad sencilla, pero sí auténtica. Es la amalgama de un todo que parece algo artificial, complejo. Una urbe nacida de la leyenda (de Rómulo y Remo) con siete colinas que son como siete anfiteatros desde los que otear algunos –muchos– de sus rincones. Y el espectáculo resulta fascinante.
En la Roma más magnánima hay recovecos. Tantos como los que podrían ofrecer las bambalinas de una ópera como ‘La Traviata’. Lugares insólitos que fueron inmortalizados por maestros como Fellini, Rosellini y Pasolini. La ciudad que sabe a las vacaciones de Gregory Peck y Audrey Hepburny que remojó la exuberancia de Anita Ekberg en ‘La dolce vita’ también tiene lugares con aires ‘cool’. Unoslocales (‘efímeros’) en los que, como en la Fontana di Trevi, merece la pena ‘tirar’ una moneda y pedir como deseo volver a la ‘Città Eterna’.
1. Descanso ecléctico
El hotel G-Roughse levanta sobre un antiguo edificio mandado construir en el siglo XVII. Experimentó su primera remodelación en el siglo XIX hasta que llegó a las manos del diseñador Emanuele Garosci, quien, junto a Gabriele Salini, gestaron lo que ahora es un ambicioso hotel de 5 estrellas cuyo objetivo es redefinir el concepto de hospitalidad. El lujo y el interiorismo conviven a la perfección en esta casa solariega romana.
Icónicas piezas ‘deco’ de firmas como Veronessi o Afra y Tobia Scarpa decoran estancias con techos de pinturas al fresco, paredes de estuco y suelos de baldosa hidráulica. Este hotel consta de cinco plantas y diez estancias: cuatro habitaciones en suite, cuyos nombres rinden homenaje a grandes diseñadores del pasado, y seis apartamentos que son pura fantasía barroca.
Está ubicado en los alrededores de la Piazza Navona, una de las zonas más populosas de la ciudad. Frente a la fachada de este hotel se encuentra la estatua de Pasquino. Para los menos duchos en la cultura popular romana, esta obra realizada en mármol fue empapelada durante siglos con sátiras a personajes públicos. Y, a día de hoy, continúa la tradición. Aunque el ayuntamiento ha habilitado un buzón junto a ella para que quienes quieran presenten sus quejas a este busto ¿parlante?
Además, la recepción de este hotel no es un recibidor al uso: es una barra de bar. Toda la estancia, amueblada con piezas ‘vintage’ de tonos oscuros, está revestida con los icónicos azulejos de espejo biselado de Seletti. Un lujo, como ellos dicen, de todo menos convencional.
2. Nueva dimensión ‘gastro’
La zona del Coliseo y la Piazza di Santa Maria Maggiore ‘parieron’ hace poco más de un año un local que huye de las premisas decorativas propias de las típicas ‘trattorias’. Svbvra Miscele e Fuoco respira de todo menos ‘casticismo’ romano. Aunque no de la cocina más tradicional de la ciudad. Coquetean con otros sabores y otras partes del mundo llevándolos a su terreno con productos de la huerta italiana. Célebre es su tartar de atún con aceite balsámico, quinoa roja y hierbas de la Provenza o sus reconocidas hamburguesas elaboradas con el mismo pescado.
A medio camino entre el estilo industrial y el romántico –que aportan sus columnas de hierro forjado–, en este local imperan las lámparas con forma de diamante y los suelos con acabados geométricos. Una sintonía ‘deco’ que también se traduce en la forma de elaborar y presentar sus postres y cócteles. Un local ‘todoterreno’ que ha conquistado ya a oriundos y forasteros.
3. El otro ‘souvenir’
Agendas, marcos de fotos, sobres, sellos o invitaciones de bodas. El mundo de la papelería y la marroquinería en clave artesanal se escribeen una diminuta tienda llamadaIl Papiro situada en el número 50 de la Via del Pantheon. Artesanía y maestría definen la labor de estos maestros del papel florentino en una era donde la comunicación digital lo domina todo.
Para los calígrafos nostálgicos de lo ‘offline’ y lo manual, nada como salir de este pequeño local bien pertrechado de cuadernos y bolígrafos con sus estampados más icónicos. Todos estos elaborados a mano. ¿Pensando en el regalo perfecto alejado del típico ‘souvenir’? Este es tu sitio.
4. Coctelería añeja
El ‘lounge bar’ del restaurante Sangallo ai Coronari es un lujo al alcance de cualquiera. Suscócteles ‘old school’ tienen reminiscencias americanas pero un sabor inconfundiblemente romano. Ubicada en el número 180 de la plaza de San Salvatore in Lauro –muy próxima de la Piazza Navona–, su atmósfera de notas decorativas románticas alcanza el sumun gracias a su música de fondo.
Salas de estar acogedoras que invitan a degustar una copa de champán o un buen vino del país. Para aquellos a los que no les resulte del todo atractiva su amplia carta de ‘rossos’, nada como dejarse aconsejar por sumaestro coctelero. Tiene donde elegir ya que trabaja con una amplia y delicada selección de ginebras, coñacs u otras bebidas espirituosas de las firmas más prestigiosas del mundo.
5. Al rico ‘gelato’
Roma atesora (casi) tantas heladerías como monumentos históricos. Pero existe una, inaugurada en 2013, donde los amantes de los productos ‘bio’ encontrarán parada y fonda. Se llamaHereda y está situada en el número 179 de Borgo Pío –entre el Castel Sant’Angelo y el Vaticano–. Su materia prima son productos frescos que cumplen, como ellos mismos dicen, con los más altos estándares de calidad.
Además, todos sus helados son aptos para celíacos y cada día solo ofertan seis sabores de helados y seis sorbetes de frutas diferentes. Si el ‘helado saludable’ existe, seguro que se encuentra en este pequeño rincón de la ciudad del Tíber. ¡Ah! Y para los que quieran degustar el típico ‘tartufo’, este es su sitio.
6. El paraíso de los aromas
En Roma la primavera no agoniza. Al menos en este pequeño rincón con aires propios de una antigua botica desde el que la ‘nariz’ Laura Bosetti perfuma un buen tramo de la Via dei Coronari. La fusión del almizcle, las especias, el sándalo o ámbar explotan en el número 57 de esta transitada calle.
Las 39 fragancias que forman parte de la colección deEssenzialmente Laura recorren el universo olfativo propio de los cítricos o de las plantas exóticas. Recetas de perfumes recogidos en probetas de cristal que esta profesora adjunta en la facultad de Farmacia de la Universidad de Ferrara muestra con mimo a sus clientes.
Además, Bosetti ha creado una colección de fragancias con las que honrar a la Reina Isabel II. Un trabajo por el que fue galardonada en 2012 con la medalla al mérito de la República Italiana. Imperdibles son sus perfumesinspirados en los marroquíes Jardines Majorelle o en obras pictóricas de Caravaggio.
7. Bajo el sol de la Toscana…
…El mismo que cría y baña gran parte de los productos que sirven en el restauranteTerra di Siena. Todo el recetario tradicional de esta zona del país se recoge en una carta que se convierte en toda una oda a la pasta. En sus diferentes variedades y versiones. Y nada como recalar en este pequeño rincón para degustar algunos de sus platos después de sentirse un romano más tras el aperitivo de las 19.00 horas.
Imperdibles son sus ‘gnocchi’ con queso y salsa de tartufo así como sus espaguetis a la amatriciana. ¿El entorno? Paredes decoradas con estuco y carteles de películas antiguas como único revestimiento para un local ubicado en la Piazza di Pasquino, 77.